04/03/2011

La vida subacuática en tinieblas sin GE2

© A.Deniaud/Tara Expéditions

04-03-2011
A bordo de Tara, un tal "GE2"  le está robando el papel de estrella a las diatomeas, copépodos y demás microorganismos marinos. Todas las discusiones giran en torno a la bestia, que acaba de ser sometida a una cirugía a "motor abierto”.
GE2 es simplemente la abreviatura de generador eléctrico. Tara cuenta con tres generadores: GE1, GE2 y un generador de emergencia, que suministran electricidad a todos los instrumentos embarcados. Con la ayuda de expertos chilenos, los mecánicos finalmente han detectado la falla  que condenaba el GE2 desde la Antártida. Ahora sólo queda por esperar que las piezas de recambio traídas de Europa nos lleguen aquí.
Si toda la tripulación de Tara le concede tanta importancia a este GE2 famoso, es simplemente que él es esencial al buen desarrollo y optimización de la expedición Tara Oceans. Este generador situado en la popa es el más potente y sobre todo el más respetuoso del medio ambiente. El GE2 fue diseñado para cargar en un mínimo de tiempo, o sea menos de seis horas, las cuatro baterías del “parque” eléctrico embarcado.
La energía a bordo
Cuando una persona embarca en Tara, debe adoptar rápidamente las actitudes simples que velan por el ahorro de la energía. Sin embargo algunas máquinas permanecen encendidas las  veinticuatro horas del día en aras de la ciencia.
En el laboratorio seco, de los cinco instrumentos, tres captan de modo continuo los datos científicos que permitirán establecer la cartografía de la superficie del fondo marino.
Entre estos dispositivos, el TSG graba en continuo la temperatura y la salinidad de los océanos. El FRRF evalúa la fluorescencia del mar, lo que permite definir la densidad en plancton y fitoplancton. El tercer instrumento, el ACS, indica las propiedades ópticas del agua. Usando  luego un transmisor satelital, estos resultados se envían diariamente a una base de datos accesible a numerosos institutos de investigación en todo el mundo.
Otro equipo imprescindible al trabajo de los científicos es el cabestrante eléctrico de sumersión de la roseta a diferentes niveles, para así recuperar las muestras de agua de hasta 1000 metros de profundidad. En las últimas estaciones, los científicos se han visto obligados a bajar (y subir) manualmente la roseta, lo que ha reducido drásticamente la cantidad de muestras y, por ende, los  beneficios de la expedición. Una vez completada la “pesca”, una parte de los frascos se almacena  a bajas temperaturas, algunos en el refrigerador, otros en un congelador.

Con respecto a la vida diaria, además de las luces y de los electrodomésticos, Tara cuenta con un desalinizador. Este dispositivo que convierte el agua de mar en agua potable es esencial durante los tramos largos, como el que nos espera entre Valparaíso e Isla de Pascua.
En cuanto a navegación, GPS, sondas y VHF permiten al capitán surcar los océanos con seguridad. Al igual que en cualquier barco, la navegación nocturna obliga a encender luces de navegación en los mástiles y la cubierta. Para ahorrar energía y por lo tanto contribuir a la  reducción de emisiones de CO2, Tara está equipado con LEDs que consumen menos que las lámparas tradicionales.
Para finalizar la ronda de las necesidades energéticas de Tara, hay que mencionar los equipos  informáticos y de comunicación sin los cuales nos sería imposible compartir esta aventura. Gracias al "fleet broad band", un transmisor satelital, se pueden mandar hasta videos desde cualquier parte de los océanos.
Esta lista de dispositivos dista de ser exhaustiva, pero da una idea de la importancia del famoso GE2. Para dilucidar la vida de los microorganismos marinos, ¡la tripulación de Tara necesita absolutamente reactivar este generador!
Anna Deniaud