30/10/2011

Escala a San Diego


Visita de Tara. A Peyrot/Tara Expéditions

Viernes 28 de octubre 2011, Tara recibe los visitantes que vienen descubrir el equipo a bordo, los interiores del barco, y el trabajo realizado por los científicos en la expedición.

Al mediodía recibimos la visita de un famoso biólogo norteamericano, Craig Venter. Este científico ha puesto en marcha un muestreo oceanográfico en 2004, The Global Ocean Sampling Expedition, a bordo de su velero, el Sorcerer II. Fue durante esta expedición que el utilizó por primera vez la secuenciación masiva de conjuntos de organismos, la metagenómica, para caracterizar la composición en bacterias de regiones oceánicas.

Por la tarde, el capitán Hervé Bourmaud y la tripulación maniobran la goleta por la bahía para amarrarse frente al restaurante Bali Hai, donde el Yacht Club de San Diego ha invitado el equipo de Tara Oceans para una cena de bienvenida. Esa noche celebramos la expedición en presencia de un navegante famoso, Dennis Conner, el estadounidense que ganó el America’s Cup en cuatro ocasiones.

Eric Karsenti, director de Tara Oceans y Romain Troublé, director de operaciones, aprovechan para agradecer la bienvenida que nos brinda San Diego, una ciudad apasionada por la vela y la ciencia, “la más cálida acogida desde la escala en Beirut en diciembre de 2009”, "al comienzo de la expedición. Desde entonces, Tara ha dado la vuelta al mundo. El entusiasmo ha sido presente en todos los países visitados, a lo largo de su viaje por el Mediterráneo, el Océano Índico, el Atlántico y el Pacífico. Europa, Asia, África, América del Sur, Polinesia y América del Norte hoy en día.

Joe Saad, ex Staff Commodore del San Diego Yacht Club, de origen libanés, se felicita de la hospitalidad demostrada en estas dos escalas, y ofrece la bandera del club para que Tara la lleve por el resto de su viaje.

Andres Peyrot

28/10/2011

Welcome to San Diego


Playa de la Jolla. A.Peyrot/Tara Expeditions

Miércoles, 26 de octubre; Estamos viendo la costa de California, la primera señal de que existe un mundo y que nos espera, más allá del océano que hasta ahora nos parecía infinito.

Unas ballenas nos acompañan en la bahía. Divisamos un grupo de veleros blancos. Todo el equipo de Tara está ahí para escoltar el barco hasta el puerto del museo marítimo de San Diego. Tara toma su lugar entre la Surprise, el barco de la película Master and Commander, un submarino soviético de la segunda guerra mundial, y otros barcos históricos.

Al día siguiente, el alcalde de San Diego, Jerry Sanders, visita la goleta y extiende la bienvenida a Tara en una ciudad encariñada con los océanos, la capital de la Copa América y sede del mayor acuario del mundo, el Sea World. El se une a Peters Scott, el presidente de la comisión del Puerto de San Diego, para ofrecer una placa a Tara Oceans y rendir homenaje a los avances de la expedición, en presencia de Romain Troublé y Eric Karsenti.

Por la tarde, el equipo de Tara visita el SCRIPPS, uno de los centros de investigación oceanográfica mayores del mundo, y la Universidad de San Diego (UCSD). Una oportunidad para que algunas figuras científicas claves de la expedición, Eric Karsenti, Chris Bowler, Mike Sullivan y Matt Sieracki, presenten los métodos, a la vanguardia de la investigación, utilizados en la adquisición y análisis de muestras.

Después de esta inmersión en el mundo de las diatomeas, de la genómica de los virus y de los plánctones, celebramos nuestra llegada en una terraza de este magnífico lugar con vista a la playa de La Jolla. Un banco de delfines aparece entre los surfistas, mientras contemplamos la puesta de sol de California.

Andres Peyrot

25/10/2011

Desde los laboratorios


La expedición Tara Oceans

Tara Oceans, una expedición para descubrir los secretos del plancton

La expedición Tara Oceans zarpó de Lorient, Francia, el 05 de septiembre 2009, para un recorrido de tres años, con el propósito de estudiar la composición del plancton a la escala del planeta entero.

Varios investigadores del CNRS forman parte del consorcio que ha concebido esta aventura científica inédita. Esta integra herramientas tecnológicas ultra-modernas y un protocolo de análisis de muestras y datos recogidos que son el tema de una reciente entrega de la revista PLoS Biology.

El plancton oceánico es una rica mezcla de billones de virus, bacterias, algas unicelulares microscópicas, copépodos, espermatozoides, huevos y larvas de peces. Es la base de la cadena alimenticia de los océanos. Es también el reactor que ha generado la atmósfera terrestre y que la sigue regulando. Los organismos planctónicos son también fuentes potenciales de moléculas de interés para las industrias farmacéuticas, agro-alimentarias y de los cosméticos. Sin embargo, sabemos muy poco sobre este ecosistema del que procedemos y sin el cual no podríamos vivir.

La expedición Tara Oceans, embarcada en 2009 a bordo de la goleta Tara, tiene como objetivo medir, a diferentes escalas y diferentes profundidades, la diversidad genética, morfológica y funcional de este universo marino, a fin de manejar mejor sus recursos. El consorcio internacional que diseñó la expedición acaba de publicar un artículo en PLoS Biology que describe el protocolo de análisis de las muestras y los datos que han sido, son y serán recogidos durante los tres años que durará el viaje de este barco de tamaño modesto. Es gracias a los últimos métodos de secuenciación del genoma y los avances de reconocimiento de imágenes en microscopio, junto al conocimiento de múltiples parámetros oceánicos, - como la temperatura, concentración de oxígeno, etc. -, que será posible describir el funcionamiento de este ecosistema a escala del planeta. Los resultados preliminares ya nos dicen que más del 70% de los genes que caracterizan el plancton son desconocidos para nosotros.

Referencia

A Holistic Approach to Marine Ecosystems Biology, PLoS Biology, Eric Karsenti, Silvia G. Acinas, Peer Bork, Chris Bowler, Colomban De Vargas, Jeroen Raes, Matthew Sullivan, Detlev Arendt, Francesca Benzoni, Jean-Michel Claverie, Mick Follows, Gaby Gorsky, Pascal Hingamp, Daniele Iudicone, Olivier Jaillon, Stefanie Kandels-Lewis, Uros Krzic, Fabrice Not, Hiroyuki Ogata, Stéphane Pesant, Emmanuel Georges Reynaud, Christian Sardet, Michael E. Sieracki, Sabrina Speich, Didier Velayoudon, Jean Weissenbach, Patrick Wincker & the Tara Oceans Consortium.

Fuente

Instituto de Ecología y Medio Ambiente del CNRS

Contacto Investigador

Eric Karsenti, investigador CNRS destacado en el European Molecular Biology Laboratory de Heidelberg, Alemania. Email : karsenti@embl.de

A las puertas de California


Radiolarios. J. Capoulade / EMBL / Tara Oceans

Sábado, 22 de octubre; Estamos iniciando la última estación de muestreo de nuestra etapa Honolulu - San Diego, a 200 millas de las costas americanas.

Un cielo gris, el agua a 16 grados, la tripulación, en grueso traje de navegación, se afana en cubierta. Científicos y marineros trabajan con la nostalgia del clima de Hawái y con la esperanza de que aparezca un sol de California digno de su reputación. Lo que estamos muestreando tan cerca de nuestra meta es un filamento de upwelling creado por la corriente de California.

Un upwelling es agua profunda, más fría y rica en nutrientes minerales (nitratos, fosfatos...), que sube a la superficie. Esta riqueza conlleva una proliferación de plancton, marcada por altas concentraciones de clorofila visibles en las imágenes satelitales. Sin embargo, las corrientes cambian rápidamente y la ubicación de la zona más rica nos puede escapar. Unos días nublados nos impiden tener la distribución precisa de la temperatura y clorofila, y los mapas proporcionados por la oceanografía operacional no pueden copar con el ritmo. Las imágenes por satélite nos dan sólo una información fragmentaria.

Merced a los sensores de temperatura, salinidad y clorofila, las computadoras del laboratorio seco despliegan un diagrama de las concentraciones de clorofila en la superficie, que va desde el azul oscuro (pobre) al rojo vivo (rico). Ello refleja la riqueza relativa en el transcurso de nuestra navegación. Esta línea de colores, un delgado trazado en el mapa, requiere imaginación para visualizar la forma y la extensión de la veta encontrada y programar una estación de 48 horas. Al mediodía, los científicos se dan cuenta de que el muestreo de la mañana es relativamente pobre, en comparación con las mediciones máximas de clorofila observadas durante la noche. En consulta con el capitán Hervé Bourmaud y el equipo, nuestro jefe científico, Isabelle Taupier Letage decide reposicionarnos 40 millas atrás y empezar una nueva estación larga el día siguiente. Mejor volver sobre nuestros pasos en un área que conocemos, que apostar sobre zonas desconocidas.

Domingo, 23 de octubre; Redes y bombas cargadas. Jeremie Capoulade observa una alta concentración de diatomeas, estos elementos del fitoplancton que aguardan cantidad de minerales para sintetizar la materia orgánica (fotosíntesis). Hemos dado con aquella cola de corriente californiana.

Lunes, 24 de octubre; Por fin el sol de California se eleva sobre un mar liso como una mancha de aceite. Se puede ver el reflejo del barco en el agua como en un espejo. Bajo la superficie, divisamos colonias de salpas y medusas nadando en un agua rica de tonalidad verde, cortada por prismas de luz. A eso de las 16:30, estamos listos para enrumbarnos hacia San Diego, sin pesar.

Unas palabras del laboratorio; Jeremie Capoulade: "La observación del plancton a bordo de Tara no es una tarea fácil. Uno debe ser paciente para capturar la imagen de esas pequeñas criaturas que se mueven constantemente como resultado del balanceo del barco. Sin embargo, uno es recompensado por la belleza y la elegancia de los ejemplares que se estudian"

Andres Peyrot

16/10/2011

Después de la lluvia, el sol


Arco iris, Hawái. A. Peyrot/Tara Expeditions

Luego de aguantar un mar bastante agitado y vientos de hasta 35 nudos, estamos llegando en el centro de la depresión. Hemos perdido nuestra vela mayor que a su vez se rompió. Los últimos momentos con vela, los hemos pasado afuera en cubierta con arneses de seguridad, contemplando la furia del mar y empapándonos bajo cascadas saladas.

François Aurat, anoche, en su turno: "02:30, 29 nudos noreste, ¡podría ser la entrada al puerto de Brest un 15 de agosto! Es la magia de Tara. Pero hacen falta las galletas y las salchichas".

Hoy, domingo, 16 de octubre, el sol brilla de nuevo. Parece que llegaremos a nuestra próxima estación de muestreo mañana por la tarde. Nuestro equipo científico está listo para reanudar el trabajo. Martin hace donación a la ciencia de un dorado recién capturado. Bisturí en mano, Celine Dimier disecciona las entrañas de este pez con miras a buscar residuos de plástico en su contenido estomacal. Desafortunadamente, por así decirlo, el estómago del animal está completamente vacío y por eso termina enganchado al anzuelo. Queda por analizar su carne más de cerca, que podría presentar una toxicidad invisible a simple vista. Es útil conservar esta presa como parte de un estudio sobre las consecuencias del desastre nuclear de marzo 2011 en Fukushima. Este pez no ha estado en contacto con la contaminación pero servirá como "punto cero". Una referencia a partir de la cual se podrá controlar los niveles de radioactividad en los organismos una vez hayan convivido con residuos o aguas contaminadas circulando en el Pacífico. Céline Blanchard negocia astutamente un intercambio entre filetes de dorado fresco y sierra congelada, la que habíamos pescado en una zona más significativa, en medio del continente de plástico del Pacífico Norte. Todos le agradecemos su visión comercial que nos permite una nueva ronda de poke mahi mahi para la cena.

Andres Peyrot

12/10/2011

Días de lluvia


Raphaël Morard, cientifico. A.Peyrot/Tara Expeditions

Lunes, 10 de octubre, estamos disfrutando, sin saberlo, de nuestro último día de sol en cubierta y a pura vela. Marc Picheral, Claudie Marec y Martin Herteau lanzan la roseta-CTD. Es la inmersión número 500 desde el inicio de la expedición, un aniversario que celebramos con un aperitivo vespertino.

En el cockpit, un vistazo a la previsión del tiempo anuncia el color de los días por venir. Flechas cada vez mas rojas representan la evolución del viento en el software de navegación. Una tormenta tropical al suroeste de California se está moviendo en dirección de un anticiclón al noroeste de nuestra ruta. Tara se vería atrapado en una zona de constricción con vientos previstos de 40 nudos (75 km/h).

Al día siguiente, se levanta viento, el mar se agita y seguimos nuestra ruta, atentos a las alertas de tormenta. Un día de encierro es oportunidad para que una parte de la tripulación comparta sus sentimientos.

Martin Herteau: Un martes singular, cambiante, una nueva fase de la ruta a San Diego, el sol se ha ido desde ayer y navegamos a vela bajo un cielo nublado y gris, un cielo que algunos, de mente obtusa y experiencia limitada, tildarían de Bretaña. El clima es fresco, los trópicos se quedaron muy abajo, ya hemos comido nuestro pan blanco.

Para anunciar la depresión hacia la cual nos dirigimos, el trinquete (vela) se ha roto por la tarde, al mismo nivel que en la etapa anterior. Aunque reparada en Hawái, la costura no estuvo a la altura de la situación. Afortunadamente el ambiente es caluroso en el comedor alrededor de una rica comida.

Raphaël Morard: El sol nos dejó, el viento arreció, la vela se partió.

Yohann Mucherie: mala suerte en este momento, días andando con motor por falta de viento y cuando sopla por fin, se parte el trinquete. Pero hay que relativizar, podría ser peor, ¡podríamos haber roto los dos motores y la vela mayor!

Isabelle Taupier Letage: Lo habíamos olvidado por completo, así que el regresa con fuerza y venganza: el invierno ha irrumpido brutalmente esta mañana, cortinas de lluvia, ráfagas mordaces y cielo tapado. Y como para asentar aun mas su poder, esta domando el nuestro, nos parte una vela, nos impone una ruta desfavorable, elimina una estación de muestreo e hipoteca la siguiente. El viento pasa y la ciencia fallece, es la dura ley de la oceanografía.

Baptiste Bernard: La vela partida, las ranas lloraron, la lluvia en furia, las ranas se fueron, pero nos espera San Diego, las ranas llevadas por el viento.

Céline Blanchard: Esta tarde, en el menú, la sierra pescada por la tripulación.

Celine Dimier: Mal tiempo. Trinquete roto. No hay estación a la vista. Empezamos a contar las horas.

Claudie Marec: El sol nos ha fallado y el viento arreció. Tara se desliza con gracia sobre las olas. Pero nosotros, con la inclinación del barco, nos movemos con lentitud. Ocupamos el espacio y el tiempo hasta la próxima estación que encaramos en firme. Ojala vuelvan las manipulaciones. Tengo ganas de maniobras en cubierta con las velas, pero siempre hay más voluntarios de lo necesario. Así que dejo mi lugar, suertuda de haber ya bastante navegado a vela. No olvidar lo privilegiada que soy de estar aquí, a bordo de Tara, en el medio del Pacífico, en compañía de gente agradable y apasionada.

Andres Peyrot