31/01/2012

Bitácora de Catherine Chabaud


Un acantario, fitoplancton recolectado en los bongos. L. Gutiérrez / UCD / Tara Oceans

¡Hola todos!

Son las 9 am este martes 31 de enero cuando escribo estas líneas. El mar se encrespa bajo un cielo completamente azul. Sorprendentemente, no vemos ave marina alguna (o casi) ni mamíferos marinos. Este Mar de los Sargazos, las algas a la deriva tan comunes aquí que dieron su nombre a esta zona, es un desierto; En apariencia solamente, ya que las redes de plancton de Tara rebosan de vida.

Estamos progresando a 4 nudos sobre el fondo, con el solo yankee, sin mayor ni motor, empujados por un viento de suroeste moderado mucho más suave que el de ayer, y siempre la poderosa corriente del Gulf Stream. Todo está en paz.

La calma de la tarde de ayer y de la noche ha permitido que los científicos llevaran a cabo esta primera estación larga del leg Savannah - Nueva York. Este aspecto de su trabajo se asemeja a los gestos de los pescadores, a veces trabajando en el aire fresco y frío, bajo el resplandor de los proyectores. En este momento, la mayoría de ellos está todavía durmiendo. La próxima estación larga tendrá lugar dentro de dos días, más al norte, cerca de Nueva York. Están recuperándose y se preparan para un nuevo episodio fuerte en cubierta. Esta noche celebraremos esta estación y la 600a inmersión de la roseta.

Desde el inicio del muestreo, siento curiosidad por ver los frutos de la cosecha, deseosa de ver a que estos organismos se parecen. Algunos son visibles a simple vista, como los krill o las larvas de peces, pero otros no lo son. Tara está dotado de microscopios sofisticados que permiten descubrir zoo y fitoplancton y que los retratan. Para los otros, los virus y las bacterias, habrá de esperar los laboratorios en tierra.

En esta etapa es Sophie Marinesque, ingeniero de investigación en biología marina, quien se encarga de operar el laboratorio seco que alberga los microscopios. Con ella, hemos seleccionado algunas de las muestras obtenidas desde Savannah. Las fotos en blanco y negro que les envío, son las de organismos identificados por el flowcam. Los mismos organismos han sido retratados en color y en tres dimensiones por el estereoscopio, a manos de Luis Gutiérrez, un mexicano ingeniero óptico, en el leg San Diego - Panamá.

Les invito a descubrir estas increíbles fotos en el espacio de fotos / video del sitio, con subtítulos hechos con la ayuda de Sophie.

Buena suerte a todos,

Catherine Chabaud

30/01/2012

Taranautas en remojo


Hasta 16 nudos. V.Hilaire/Tara Expéditions

Apenas unas horas después de salir de la tranquilidad del río Savannah, los quince a bordo tocan de lleno el meollo del asunto: una primera noche de navegación con vientos del sureste arreciando hasta 55 nudos en ráfagas el día de hoy. Esta noche el viento ha disminuido, tenemos toda la tela abajo. Nos dirigimos a motor hacia la zona de nuestro primer muestreo de madrugada.

Pero fue un calentamiento algo rudo para el nuevo equipo de científicos; Algunos han sufrido. Es la ley del genero, uno se debe acostumbrar hasta “marinizarse”: se necesitan unos días para adquirir resistencia y pie marino. La diferencia es patente comparando con la condición de los cinco marineros embarcados desde hace tres meses. Virar, tomar rizos, las maniobras se siguieron todo este viernes pasado y cada vez los gestos eran fluidos y precisos, a pesar de las robustas condiciones.

La maniobra más impresionante en medio de la tormenta fue virar con una ráfaga de casi 60 nudos. Eso tomó toda la energía del segundo capitán Alain Giese, del oficial de cubierta Vincent Le Pennec y del jefe mecánico Daniel Cron, asistidos por Catherine Chabaud, para vencer el caudal del viento. Las olas eran de unos tres metros en estas aguas cálidas. Todo el día nos hemos sentido llevados sobre un tapiz rodante. 11, 14 y hasta 16 nudos, Tara se deslizaba con viento a favor, empujado por un viento y una corriente de misma dirección.

Con agua de mar a 20°, el ambiente es muy suave en estos momentos. Después de las maniobras, lavados por las lluvias torrenciales, el contraste es asombroso cuando uno entra en el comedor a mediodía. El calor es opresivo, perfumado por peces guisados al horno.

Esta noche, los vientos del sudeste amainaron. Progresamos a motor en un mar todavía formado. Ya pasó el bautismo. Mañana, si el estado del tiempo lo permite, haremos varias estaciones cortas con inmersión de la roseta. Una cosa es cierta: por las velocidades y las temperaturas observadas hoy, ya estamos en el río gigante del Gulf Stream.

Vicent Hilaire

29/01/2012

Bitácora de Catherine Chabaud, a bordo de Tara hasta Nueva York


Inmersión de los instrumentos, reglas de seguridad /Catherine Chabaud

¡Hola todos!

¿Cómo expresar la alegría de estar aquí, a bordo del Tara, derivando a la altura del Cabo Hatterras? Me siento privilegiada de estar tan cerca de la exploración de los océanos, del conocimiento puro, y de compartir momentos, en última instancia muy simples, con los descubridores de lo infinitesimal, de este "polvo de mar", para utilizar la bella imagen de Anita Conti acerca del plancton.

Les tengo cariño a estos biólogos, ingenieros oceanógrafos, especialistas en bacterias y protistas, que operan sus dispositivos de muestreo con sumo cuidado, cosechando en sus redes esta semilla oceánica tan diminuta, tan frágil y a la vez tan rica. No puedo dejar de pensar en los gestos de los niños cuando exploran una playa con cubeta y pala, pescando camarones, cangrejos, conchas y trozos de algas.

Esta actividad se ha convertido en parte de su oficio: recolectar lo infinitesimal del océano donde está. Los micro-organismos recolectados en la filtración, no los abandonan en un rincón. Los conservan cuidadosamente en frascos y tubos, los etiquetan con código de barras. Y esta vez no puedo dejar de pensar en los tubos manipulados por la enfermera quien me saca sangre para un análisis. Con algunas gotas de formol o congelación, estas delicadas muestras tomaran el avión a la siguiente escala, rumbo a los 21 laboratorios europeos y americanos participantes de Tara Oceans.

El domingo por la tarde, el viento amaina por fin y el mar deja quieta nuestra ballena. El generador necesario para operar los 2100 metros de cable que soportan la inmersión de la roseta, los bongos y el regente, acepta arrancar, mimado por Daniel, el " jefe”, y Loïc, el skipper.

Tara llega al waypoint definido por Lars Stemmann, oceanógrafo-biólogo, jefe de misión del leg, y Daniele Ludicone, físico-oceanógrafo, uno de los coordinadores de Tara Oceans. Estamos en la medula del Gulf Stream. Todos están aquí para eso. Esta corriente cálida que mueve aquí 55 millones de metros cúbicos de agua por segundo, o sea 5000 veces el debito el Ródano, o 300 veces las Amazonas, cuestiona y apasiona.

¿Cuáles son las diferentes especies de microorganismos, de virus a larvas de peces, que viven aquí? ¿Cómo evolucionan, llevadas de viaje por estas masas de agua caliente? ¿Cuáles son los organismos que sobreviven en los anillos de agua caliente que se desprenden del Gulf Stream y se aíslan en las aguas frías de la corriente del Labrador más al norte?

Los observadores que somos, al igual que los medios de comunicación y escolares en tierra, presionan a los científicos: ¿Cuáles son estos micro-organismos que se pueden ver gesticulando en el vaso? ¿Los podemos ver con el microscopio? ¿Han descubierto nuevas especies? ¿Qué les aporta Tara Oceans?

Los científicos saben sobre todo que no saben, que “hay que esperar”, que "puede llevar años", que "el análisis de las primeras muestras de algunas estaciones revela un gran número de genes desconocidos".

Nos gustaría obtener más información de inmediato. Sin embargo, al escucharles, al entrevistar uno y otro, entiendo que la riqueza de Tara Oceans está también en la visión global que se esboza luego de 144 estaciones ya realizadas en todo el planeta, en el trabajo colectivo que asocia biólogos , oceanógrafos, biólogos moleculares, bioinformáticos, en el compartir de la ciencia con el mayor número de gente posible. Viéndoles cuidar tanto, prestar suma atención a lo infinitamente pequeño de los océanos, yo también entiendo más que nunca lo capital que es el mar.

Se pone el sol, el muestreo va seguir una parte de la noche, hay que aprovechar la calma antes de la siguiente ráfaga de viento. En cubierta, la temperatura ha bajado de 10° y cada quien se abriga aun más. Las redes y la roseta siguen faenando.

¡Buena suerte a todos!

Catherine Chabaud

27/01/2012

Tara deja Savannah


Salida de Savannah. V.Hilaire/Tara Expéditions

A las diez de esta mañana, con quince personas a bordo, Tara esta bajando el río Savannah para volver al Atlántico Norte. Rumbo a Nueva York, con dos nuevas estaciones científicas programadas, una de ellas en el caliente Gulf Stream.

La niebla espesa se instaló una hora antes de nuestro zarpe. Los pilares del Eugene Talmadge Memorial Bridge se quedan opacos en el algodón. Después del tradicional saludo de sirena que anuncia una salida inminente, Loïc Vallette, el capitán, arranca en reversa. Sale un sol vencedor. Nuestro casco gris se despega suavemente del muelle de River Street. La marea está bajando.

Siguen las maniobras usuales. El inflable vuelve a su lugar en cubierta, se guardan defensas y amarras hasta la siguiente escala. En tan sólo dos horas, acompañados por golondrinas de mar en busca de comida y pelícanos, alcanzamos el Atlántico. Mar calmado, suave viento de sureste, unas condiciones de ensueño para nuestra primera noche de navegación.

En este leg "Gulf Stream" la tripulación es en mayoría francesa, matizada de una cubana, una alemana y un italiano. El idioma Inglés será el idioma de trabajo para llevar a cabo esta nueva etapa de nuestra misión científica alrededor del mundo.

Esta noche, estamos con toda la tela afuera, mayor, foque, trinquete y yankee. Avanzamos en el mar de los Sargazos a unos seis nudos, ya empujados sin duda por alguna cola del Gulf Stream. Sólo una cola porque, según Lars Stemmann, nuestro jefe de misión, sabremos sin lugar a duda cuando estemos en la mera corriente, al sentir la potencia de este flujo caliente que sube del Trópico y cruza el Atlántico Norte.

"El Gulf Stream tiene una potencia comparable al debito de 300 ríos Amazonas, o de 5000 Ródano. Su caudal promedio es de 55 millones de m3/s" nos precisa Lars en el primer briefing. Una corriente a la cual Europa debe su clima. Es un actor determinante de la circulación global del agua en nuestro planeta.

Antes de iniciar nuestra primera estación de medición y muestreo, número 144 desde que salimos de Lorient hace más de dos años, deberemos recorrer unas 400 millas y pasar Cape Hatteras donde el Gulf Stream lame la costa.

La primera estación tendrá lugar después de dos días de navegación, el 28 o 29. Será una estación larga dedicada exclusivamente al Gulf Stream. La segunda, tres días más tarde, nos ubicará encima de un remolino caliente, un “eddy” en movimiento en medio de una corriente fría bajada del Labrador. Sólo diez días nos separan de la North Cove Marina en Battery Park, New York.

Vincent Hilaire

24/01/2012

Tara Ciencias: La misión de Tara Oceans


R.Gladu/Tara Expeditions

Más de 100 000 kilómetros recorridos, unos cuarenta países visitados, cientos de científicos involucrados en todo el mundo, dos años y medio en todos los mares del planeta, una enorme cantidad de recursos y energía en acción: “?solamente para el plancton?” Sí, sólo para el plancton, porque él lo vale.

Estos micro-organismos y los océanos son piezas claves de la gran maquinaria del clima. Una máquina que se está cansando, que esta jadeando: calentamiento global, saturación de dióxido de carbono, acidificación de los océanos… Antes de buscar soluciones para intentar reparar la máquina, urge aprender más acerca de sus elementos menos conocidos, hasta el fondo del mar.

98% de la biomasa de los océanos, los conforman microorganismos que conocemos en solo un 10%. El objetivo de Tara Oceans es de muestrear todos los mares y océanos para hacer un análisis de situación global. Las áreas muestreadas se escogen con precisión: sistemas de upwelling, corrientes oceánicas, zonas ricas en plancton. Tara Oceans reúne científicos de diferentes horizontes que usualmente trabajan poco juntos: biólogos, oceanógrafos, físicos, genetistas y más. Todos en el mismo barco.

Para ello, una multitud de dispositivos de muestreo, visualización y análisis se encuentra a bordo al servicio de cada especialidad. En particular la roseta. Sumergida a una profundidad programada, la roseta registra las características físicas y químicas del agua mientras recolecta las muestras. Estas son conservadas a bordo antes de ser enviadas a los equipos en tierra. Recibidas en Heidelberg, Alemania, son distribuidas entre unos quince laboratorios asociados en el mundo; Barcelona para el estudio de las bacterias, Arizona para los virus, Villefranche-sur-Mer para los elementos oceanográficos, por no mencionar los equipos que se centran exclusivamente en los corales. Entre las áreas de investigación, una que destaca es el análisis genético de muestras, y en particular la metagenómica; No el estudio de los genes de una sola especie pero más bien de toda la población de especies recolectadas en las botellas de la roseta o en las redes: bacterias, virus y protistas. Para navegar en la jungla de genes obtenidos de todas las fuentes, los científicos definen un conjunto de genomas, -el conjunto de genes de un organismo-, de referencia. Para ampliar esta colección, los investigadores trabajan a la vez sobre las especies conocidas y cultivadas en laboratorio, y usando una nueva técnica todavía en pañales: el WGA, Whole Genome Amplification, amplificación del genoma completo. Se trata de secuenciar el genoma de una especie a partir de una sola célula, o de un individuo único como en el caso de los protistas. Una verdadera hazaña que revela los secretos de especies hasta ahora desconocidas.

La colaboración entre los laboratorios es determinante: los biólogos seleccionan las especies de su interés con miras a que los genetistas las secuencien y así aumenten la colección de genomas de referencia. Los especialistas de metagenómica pueden luego vincular un gen descubierto a una gran familia planctónica. En otras palabras, pueden discernir por ejemplo que familia de protistas es mayoritaria en la población muestreada.

En paralelo, los oceanógrafos relacionan esta información con las características fisicoquímicas del medio muestreado, obtenidas por la roseta: temperatura, profundidad, salinidad, concentración de oxígeno…En cada estación son múltiples las especialidades que trabajan juntas para caracterizar el área de muestreo y estudiar el complejo ecosistema debajo el casco de Tara. Se requerirán años de trabajo en laboratorio para procesar los datos generados por estas 150 estaciones realizadas en dos años y medio.

La misión embarcada en se acerca a su final, con el regreso de Tara a Lorient en marzo, pero la misión de la expedición seguirá con la publicación de los primeros resultados en todo el transcurso del año. Para mejorar aún más el ritmo de la información generada, Tara Oceans ha optado por compartir esos resultados con los científicos de todo el mundo. Cada genoma secuenciado será expuesto en la web para alimentar un banco mundial de genes, al alcance de todos. Compartiendo el trabajo en torno a la riqueza enorme de los datos recogidos a bordo de Tara, tal vez podamos mejorar nuestro conocimiento de los océanos y del plancton, un universo todavía poco conocido. Comprender mejor, para mejor preservar, esperando que no sea ya tarde.

Yann Chavance