30/10/2013

40 nudos y una ola


Viento y ola rompiendo. V.Hilaire/Tara Expéditions
A 300 kilómetros del Estrecho de Belle-Ile, la entrada norte del río St. Laurent, Tara recibe 40 nudos de viento establecido. El barco absorbe, y el ambiente del almuerzo es el de un buen humor poco consciente de la fuerza del viento.
 
Por supuesto, de vez en cuando, una ola se estrella en las ventanas, un movimiento de la goleta  hace que uno agarra su vaso, pero en general todo es relativamente tranquilo adentro. Hay que subir en la timonería para descubrir un mar embravecido, blanqueado por un viento de 40 nudos.

El mar esta ordenado lo que facilita el paso del barco que oscila muy poco. Tara se desliza entre las olas y solo se queja de algunas grandes traviesas. Todo parece fácil para este barco del extremo,  parece indestructible y progresa a más de diez nudos con muy poca banda babor. Navegamos con las dos mayores con un rizo y trinquetilla. Estamos a punto de tomar el segundo rizo, el viento sube a 45 nudos por momentos.

Si uno quiere salir, la fuerza de los elementos hace del momento algo acrobático. Sin embargo, Marc Picheral decide cambiar la seda del CPR, el Continuous Plancton Recorder que arrastramos desde Nuuk. Afuera hay guerra, los marineros gritan para darse a entender, las salpicaduras golpean, el mar esta humeando.

El reto es de entrar en el rio Saint-Laurent antes de la llegada de un vendaval suroeste anunciado para el 1 de noviembre. Todas las millas al Sur ganadas son un avance y con la actual velocidad, lo vamos a lograr.

Algunos creen todavía que en el mar, no hay nada que hacer. Pero los días pasan volando. La mente está alerta todo el tiempo, tratando de identificar los sonidos, los movimientos del barco. Mirando el mar, uno trata de sentir si va amainar o arreciar, si las velas están bien establecidas, si la velocidad corresponde a la marcha. Uno puede contar con una gran cantidad de dispositivos electrónicos y los informes meteo que dan fuerza y ​​dirección del viento cada 3 horas. Martin Hertau está escuchando el barco y su tripulación, va y viene, todos los sentidos al vivo.

De repente, justo después de la cena, cuando todos ya duermen excepto los de turno y Martin, un tremendo estruendo sacude el barco entero y nos atropella en nuestro sueño. Todo el mundo sube a la timonería. François Aurat, Vincent Hilaire y Baptiste Regnier salen a chequear la cubierta que  Martin illumina. Abatimos todo para calmar el movimiento del barco y que los hombres estén a salvo. El choque ha sido muy violento en babor, pensé que habíamos chocado con algo o que la trinquetilla había explotado. Todos están aturdidos por este disparo de advertencia.

Una gran ola rompiendo ha barrido la cubierta, torciendo la placa que cubre la maquinilla, explotando la cuna del anexo neumático en babor, torciendo batayolas, arrancando un soporte de bidón y soltando el yankee que parece haber sufrido.

La fuerza del mar es increíble. ¿Cómo esta ola ha podido torcer a 30 grados una hoja de acero? ¿Cómo ha podido soltar una línea enrollada en un prensacabos?

En realidad, no, la expedición no ha terminado, el mar nos puede guardar muchas sorpresas de aquí a Lorient.

Jean Collet

29/10/2013

La bajada a Quebec



Eric Karsenti, ultima estación. V.Hilaire/Tara Expéditions
Desde el final de la estación de muestreo 210 en la noche del domingo, Tara hace ruta con motor hacia la desembocadura del río St. Laurent. Si mar y viento lo permiten, llegaremos en tres días. Aunque la parte científica de la expedición se restringa, de hoy en adelante, a estaciones sin despliegue de instrumentos, la expedición sigue, con escalas en Quebec y St. Pierre y Miquelón, antes del regreso a Lorient previsto alrededor del 7 de diciembre.

Los científicos están satisfechos del desarrollo de la última estación, en la noche de domingo, pese a la  nieve y el frío. Pudieron muestrear superficie y capa mesopelágica a unos 350 metros de profundidad.
"Esta es una estación importante porque nunca hemos muestreado aquí. Debemos mantener la concentración aunque sea la última estación de este tipo antes del final", recalca Marc Picheral, actor fundamental de Tara Oceans.  

Estamos ahora “bajando” rápidamente con motores hacia el Sur, para engancharnos de los vientos de una depresión que nos podría llevar, si no amaina antes de tiempo, a la entrada al río St. Laurent. Las veinticuatro horas que vienen cuentan, nuestra reserva de gasoil es poca. Si los informes meteorológicos que hemos recibido se verifican, podremos llegar al río que conduce a Quebec antes de que se revierta el flujo. En aquel caso, nos tocaría entonces un viento en contra. Martin Hertau esta más que atento.

La “subida’ del St Laurent hasta Quebec es de 700 millas, con corrientes muy violentas. Además el St Laurent está plagado de tráfico marítimo, los puertos de Quebec y Montreal mueven entre 22 y 24 millones de toneladas al año. El Saint Laurent, -San Lorenzo-, es uno de los 25 ríos más grandes del mundo, con 1140 kilómetros. Cruzando  Ontario y Quebec, conectando la región de los lagos con el Atlántico, él representa el 25 % de las reservas de agua dulce del planeta.  

A la altura de Tadoussac, la primera ciudad importante de la provincia de Quebec, él es estuario más amplio del mundo. Es un marinero francés de St Malo, Jacques Cartier, quien lo posesiona en 1534 en nombre del rey Francisco I. Él lo nombra así por el día del calendario, conmemoración de St Laurent de Roma. Les pueblos amerindios que vivían allí lo llamaban Hochelaga, “El camino que anda”.

Vincent Hilaire

26/10/2013

Línea de meta a la vista


Eric Karsenti, muestras. V.Hilaire/Tara Expéditions

Eric Karsenti se encuentra a bordo desde Ilulissat, en calidad de jefe científico de la presente etapa. Diseñador, conceptor  de la recolección planetaria de plancton comenzada hace más de cuatro años en Lorient, él evoca aquí la perspectiva actual: las últimas estaciones de la aventura científica que se está completando aquí en el Mar de Labrador, y el trabajo en curso sobre las muestras recolectadas anteriormente por Tara Oceans.
 
Después de salir del Círculo Polar Ártico hace unos días y de Groenlandia hoy, Tara Oceans Polar Circle entra en la recta final. ¿El examen del  océano mundial termina?
La idea general de la expedición Tara Oceans era de caracterizar la vida en todos los océanos y así ver los organismos presentes en su conjunto. Es por eso que entre 2009-2012 hemos recorrido el Mar Mediterráneo, el Océano Índico, el Océano Atlántico Sur, la Antártida, el Ecuador, el Pacífico Sur, el Gulf Stream en el  Atlántico Norte. Nos quedaba el Océano Ártico. Solamente estaría todavía pendiente el Pacífico Occidental, pero no sé si iremos allí algún día.

Esta vuelta al Ártico es un nuevo éxito; Hemos logramos cruzar los dos Pasos a tiempo. El Océano Ártico está compuesto de una región central profunda, inalcanzable por la banquisa que la cubre, y una  región periférica encima de la plataforma continental. Es esta última que hemos sido capaces de muestrear,  completando así la labor iniciada con Tara Oceans.

¿En el Ártico, cual ha sido la investigación precisa?
El camino lógico era de empezar desde Lorient, empezar por las aguas del Atlántico Norte. Entre Lorient,  las Islas Feroe, Islandia y la cuenca islandesa hasta Tromso en Noruega, hemos escaneado la circulación oceánica en el Atlántico Norte.

A partir de Murmansk, Rusia, hemos encontrado aguas menos profundas: hemos muestreado una nueva área de las aguas atlánticas y otra región alimentada por el derretimiento ártico siberiano.
Al noreste, en el mar de Siberia oriental, hemos estudiado la región alimentada, a través del Estrecho de Bering, por aguas procedentes del Pacífico Norte. Numerosos ríos mayores, como el Mackenzie en Canadá o el Yenisei en Rusia, vierten en esta cuenca.

Hemos luego cruzado el Paso del Noroeste, el segundo candado de la expedición, para emerger en una nueva zona que rodea Groenlandia.
Actualmente, estamos muestreando el último espacio oceánico entre Groenlandia y Canadá, una zona muy importante para la circulación de aguas profundas. Las aguas del Atlántico Norte se enfrían aquí en superficie antes de volver en profundidad para regular, entre otras, las aguas del Océano Índico.

En cada una de estas cuencas capturamos las aguas superficiales y, de ser posible, las profundas, en la capa mesopelágica alrededor de los 350 metros. En profundidad, hay masas de agua con firmas muy específicas y una vida planctónica muy diferenciada.

¿Qué arrojan los resultados de Tara Oceans? Cuando empezaran los análisis de las muestras de Tara Oceans Polar Circle?
Durante la expedición Tara Oceans hicimos 153 estaciones. El análisis de esas muestras es sumamente complejo; Hay que acoplar datos oceanográficos (el estudio de los cuerpos de agua), imágenes (composición en especies y organismos planctónicos) y datos genómicos colosales (secuenciación de los genes). Es un requisito previo para empezar a entender algo.

En cuanto a los datos oceanográficos y el estudio de la estructura de los ecosistemas, nos hemos organizado y hemos digerido toda esta información. Esos resultados se organizan en una base de datos llamada Pangea en Bremen, Alemania.
Un tercio del análisis en imágenes ha sido realizado, están almacenadas en Villefranche, Francia, Dublín, Irlanda, y Heidelberg en Alemania.

La casi totalidad de la secuenciación de marcadores de especies está hecha, y 1/3 de las muestras está preparado para obtener los datos metagenómicos, la composición en genes de los ecosistemas planctónicos.
Se llegó a un acuerdo con la base europea de datos de secuenciación EBI, el European Bioinformatique Institute, en Cambridge, Inglaterra. El Génoscope de Evry, Francia, que realiza todos los análisis  genómicos, transmitirá próximamente al EBI los resultados de secuenciación.
Al final, todos los datos oceanográficos, de imágenes y genómica, estarán disponibles allí.

En lo que se refiere a la actual Tara Oceans Polar Circle, estamos aportando 57 estaciones suplementarias, o sea un total de 210. Su estudio tomará varios años más.

¿Cuál es la pertinencia de almacenar todos los datos en Cambridge?
La idea general de Tara Oceans es, en primer lugar, de disponer de datos integrados y complejos para describir los ecosistemas marinos. Para lograr este muestreo planetario, era necesario organizar los datos en una forma utilizable para hacer análisis estadísticos. El EBI es la mejor estructura actual en condiciones de cumplir con esta misión. Este "súper servidor" es accesible a todos los científicos que lo desean, algo con lo cual estamos comprometidos en el proyecto Oceanomics, financiando por le Grand Emprunt en Francia.

Entrevista realizada por Vincent Hilaire

25/10/2013

Fin del episodio Groenlandia


Nuuk, capital de Groenlandia. V.Hilaire/Tara Expéditions
Tara está dejando Groenlandia. Después de veinte días a lo largo de la costa oeste de la isla blanca y helada, entre Uummannaq, Ilulissat y la capital Nuuk, nos estamos alejando del espacio Inuit, una civilización en rápida transformación.

De las pocas horas pasadas en Nuuk, recordaré la impresión de un shock, el del rencuentro con una ciudad. Desde mi embarque en Pevek, Chukotka, Rusia, hace casi dos meses, solo hemos parado en aldeas. El Paso del Noroeste es como un gran pueblo con escasos habitantes por kilómetro cuadrado. Mas allá de su denominador común en aeródromos, oficinas de correo y ayuntamientos, cada aldea difiere en historia, su poca población Inuit procede de diferentes horizontes.

En Nuuk, me sentí algo mareado; Torres y centros comerciales con ventanales tan fríos...como el viento de Bóreas. La actividad de una ciudad, con tráfico callejero, peatones, cafés y tiendas: hemos vuelto a la civilización occidental de hoy.

Tara hace ruta al Suroeste, hacia el centro del Mar de Labrador, donde probablemente se desarrollará la última estación larga de la expedición. Una posibilidad que provoca el humor de Eric Karsenti, nuestro jefe científico e inspirador de este proyecto descomunal iniciado en septiembre de 2009: "es tiempo de que se termine". Una observación risueña acompañada de su acostumbrada carcajada.  

Vincent Hilaire