06/10/2013

Pond Inlet a la vista


Iceberg como catedral. V.Hilaire/Tara Expéditions
Luego de Arctic Bay y Almiralty Inlet, nos dirigimos hacia Pond Inlet. Para salir de la bahía de Almiralty,  después de una primera estación científica dedicada a las larvas de bacalao ártico, hemos debido cruzar de noche un tapón de hielo. Tara, con trece almas a bordo, regresó en este momento  en el Lancaster Sound. Hoy domingo, estamos a pocas millas de Pond Inlet que alcanzaremos después de una última estación en Eclipse Sound.
 
Eclipse Sound: un nombre que le queda perfectamente a esta zona, ya que su belleza eclipsa gran parte de los lugares sin embargo hermosos que hemos visto antes. Desde Arctic Bay, seguimos beneficiándonos de un anticiclón estable, bien instalado. Hay sol cada día pero el precio a pagar por el son unas temperaturas bastante frías. El termómetro ha caído en picada en los últimos días a -7°C, sin hablar del factor viento, "el efecto sentido".

Debido a estos parámetros meteorológicos, la noche que sigue nuestra salida de Arctic Bay, nos toca cruzar dos tapones de hielo. Un fuerte viento del noroeste empuja en este “inlet” un hielo joven bastante denso, unos grandes "pancakes" que se vienen juntando. Nos encontramos de hecho en medio de un pancake gigante, aunque veamos las aguas libres a unos cien metros a la izquierda.

Marcha hacia adelante y hacia atrás: debemos solicitar "Brigitte" y "Thérèse”, los dos motores y sus 700 caballos, para extraernos de esta trampa blanca vuelta invisible en la noche muy oscura. El viento arrecia y nos adentramos contra nuestra voluntad en este pack hacia la costa. La prensa blanca parce querer apretarnos. Pero Tara se luce nuevamente, tranquilizando la mayoría de la tripulación que el jaleo de los motores ha despertado: "Sonaba como un avión en la pista a punto de despegar”.

Al día siguiente, en el Lancaster Sound, después de una noche al ancla, antes de entrar en el Navy Board Inlet, vemos numerosos icebergs varados, de formas muy trabajadas. Este tramo me recuerda la navegación de Tara en los canales de Patagonia, con los glaciares que caen en el mar, las mezclas de azules, marrón, blanco y negro; Pero aquí no está el verde de la vegetación. La tundra ártica se extiende más allá de la vista.

En camino, admiramos un increíble iceberg tabular, con una proa evocadora del Titánic, azul, congelado, destacando sobre le telón de un cielo anaranjado y antracita por momentos, una visión de cinemascopio digna de las cámaras de James Cameron.

Este domingo por la mañana, Pond Inlet está frente a nuestra proa. El tiempo es todavía brillante y frío. El Mar de Baffin dista de unas cuantas millas apenas.  Una vez lo hayamos cruzado, en frente, esta Groenlandia. Para mi será nuevamente una primera vez.

Vincent Hilaire