29/07/2015

La misión Tara-Ecopolaris en Scoresby Sund



Hace 4 días que hemos  dejado Islandia. La espesa niebla que nos envolvía se disipó, mientras hacemos ruta al Norte,  hacia el fiordo más grande del mundo: Scoresby Sund. Paisajes impactantes de belleza, montañas de rocas negras moteadas de blanco, perfectos reflejos en el agua...

Más temprano, a la hora del almuerzo, Tara hizo una parada frente a los acantilados de basalto  de Cabo Brewster, a solicitud de los dos ecólogos de la misión. Largos lentes atornillados en las cámaras, Brigitte Sabard y Olivier Gilg, investigadores del GREA, han « disparado » con frenesí, retratando una de las más grandes colonias de aves de la costa Este. Estas imágenes serán luego editadas para poder censar, uno a uno,  los araos de Brünnich y las gaviotas tridáctilas.

Parece que las largas jornadas de trabajo no asustan a estos investigadores. Lo demuestran recorriendo la isla pelada de Dunholm durante 13 horas seguidas en busca de aves acuáticas. Bolsa llena de provisiones en un hombro y vara de línea al otro, quieren capturar una docena de eiders comunes,  una especie de pato marino, para sus mediciones y muestras. Escondidas en su nido, las hembras son perfectamente camufladas.  Sólo un ojo entrenado puede distinguir las aves cuyo plumaje se funde con el entorno rocoso. Una vez descubierta, el ave se debe capturar rápidamente con la línea, una tarea complicada.

"Es un nuevo episodio en nuestro programa científico. En 2004, nos hemos limitado a recolectar el vello para estudiar las poluciones. Estamos repitiendo la operación, lo que nos permitirá determinar los niveles de contaminantes como el mercurio. Pero además, por primera vez, estamos tomando muestras de sangre en una docena de aves. Estas muestras nos permitirán medir las tasas de mercurio y también de hidrocarburos, unas poluciones que crecen con el desarrollo del tráfico marítimo en la región. Estos contaminantes son de origen antrópico: la polución es llevada por los vientos y las corrientes marinas desde nuestras regiones. Aquí, hay poca o ninguna fuente de contaminación. Muestreando a nivel local, podemos medir la circulación de los contaminantes en el planeta", explica Oliver.

16:00 horas: Algunos miembros se reúnen en el comedor, otros se regalan una siesta reparadora antes del próximo turno nocturno. Nos alejamos de las costas a más de 7 nudos para meternos a resguardo. El capitán estudia los mapas: “Nos dirigimos al norte y es una jugada de póker. Se pronostica una racha de viento en la noche del 29 al 30 de julio, lo que nos deja unas 35 horas para subir y recorrer 200 millas".

Noëlie Pansiot