22/10/2015

La re-mineralización del carbono, un mapa mundial



Un artículo publicado en Global Biogeochemical Cycle presenta un mapa regionalizado de la re-mineralización del carbono en el océano mundial. Unos científicos involucrados en Tara Oceans, del Laboratorio oceanográfico de Villefranche-sur-Mer (LOV/OOC, CNRC/UPMC), de la Universidad de Colombia Britanica y del National Oceanography Center, co-firman esta publicación.

“El océano contiene 50 veces más carbono que la atmósfera e intercambia con ella unas cantidades masivas de carbono. Durante las últimas décadas, el océano viene aminorando el ritmo del cambio climático, absorbiendo cerca del 30% de las emisiones de origen antrópico de dióxido de carbono”.
En otros términos el océano es esencial a la absorción y al almacenamiento del dióxido de carbono producido por las actividades humanas (industria, deforestación…).Nuestra actividad altera los mecanismos naturales del ciclo de carbono.

Existen 3 tipos de bombas de carbono en actividad en los océanos: una bomba biológica, una bomba de solubilidad y una bomba de carbonato. La bomba de solubilidad es responsable de la absorción de cerca de 30% del CO2 antrópico. Esta bomba funciona únicamente gracias a la química y a la física de los océanos. La bomba biológica permite, entre otros, el funcionamiento de la bomba de solubilidad, es decir el proceso que transporta el carbono de la superficie del océano hacia adentro.
El fitoplancton es el principal actor de una de esas tres bombas: la bomba biológica oceánica. Como para los vegetales terrestres, es la fotosíntesis que permite el crecimiento y el desarrollo del fitoplancton, consumiendo grandes cantidades de CO2. Primer eslabón de la cadena alimentaria, el fitoplancton es ingerido por el zooplancton o por bacterias. Las bacterias excretadas luego por el zooplancton (pelotas fecales) se hunden hacia el fondo del océano. La re-mineralización del carbono define esta materia orgánica que desaparece en el fondo después de haber sido absorbida por el zooplancton o las bacterias, soltando así CO2 hacia la atmósfera.
 La secuestración del carbono designa la parte del fitoplancton que no es consumida por los demás organismos (zooplancton o bacterias) y que se hunde directamente en el fondo del océano cuando muere. La secuestración del carbono define entonces todo lo que no es ingerido y todo lo que escapa a la re-mineralización. Esta secuestración se traduce en un producto final conocido de todos: el petróleo, luego de la agregación del fitoplancton en los sedimentos marinos. Un proceso que se extiende sobe miles de años.

Lionel Guidi, co-autor del artículo, habla del trabajo realizado para generar este mapa: “Hemos tomado todos los datos recolectados por Tara Oceans, así como los datos históricos recopilados por los equipos del Laboratorio de Oceanografía de Villefranche. Es un nuevo enfoque, esos datos nunca habían sido reunidos anteriormente. Hemos intentado cuantificar la re-mineralización del carbono a escala regional con miras a visualizar en qué proporción ella varía en el globo. Porque, desde que los científicos prestan interés a este proceso que es un criterio importante en los actuales modelos climáticos, los valores de re-mineralización utilizados por los modelizadores se consideraban generalmente como constantes. Pero la re-mineralización varía mucho más de lo uno imaginaba. Podemos observar de forma general que donde existen valores importantes, muy fuertes hacia los polos, hay una fuerte re-mineralización; Con valores bajos, hacia el Ecuador, hay una re-mineralización débil. Alrededor del globo, el océano no absorbe las mismas cantidades de carbono en todas partes”.

¿Cuáles son las causas de esas variaciones? Observando los varios tipos de fitoplánctones presentes en las diferentes zonas, los investigadores han puesto de relieve el vínculo entre el tamaño del fitoplancton y el proceso de re-mineralización: “Donde hemos observado mucho micro plancton (células planctónicas de 20 a 200 µm) como las diatomeas, la re-mineralización es importante”. Estos datos contradicen lo que los científicos pensaban hasta la fecha.

¿El objetivo de esas investigaciones? Utilizar los datos de re-mineralización para construir un estimado de la secuestración del carbono a escala regional y luego global, en aras de una mejor comprensión de los diferentes mecanismos que impactan la capacidad del océano para absorber el CO2 atmosférico. Conocer mejor para actuar mejor, proteger mejor y dar la voz de alerta a quienes deciden…

14/10/2015

Nantes



Noche brumosa y oscura en el puerto de Lorient. Son las 5:00 de la mañana y ya comienza el  movimiento a bordo. El ruido de los motores invade la goleta mientras cada marino toma su lugar: hay que reanimar la máquina algo dormida luego de tres semanas en obras. La ruta será corta: 90 millas separan Lorient de Nantes, próxima y última escala de Tara antes de subir el Sena hacia París.
 
Una vez izados trinquete y mayor, avanzamos a buena velocidad, 8 nudos en lugar de los 6 acostumbrados. Bordeando la isla de Groix, el cielo y el mar lucen el mismo tono gris claro, que poco a poco se tiñe de rosa.  Y es con la luz de un sol rojo que Tara se cuela entre Belle-Ile y Quiberon.
Al filo de la mañana, la efervescencia de la partida decae;  Las nubes se dispersan en una dulce luz. Una calma relativa se instala a bordo, acentuada por el silencio de uno de los motores detenido.
“Tan pronto como sopla un poco de viento, avanzamos bastante bien. Para hacerlo ecológico, apagamos un motor y utilizamos el yankee”, explica Martin Hertau. Entre las 10:00 y 11:00 dejamos Houat y Hoedic a nuestro babor.

Desfilan Pouliguen y La Baule mientras disfrutamos un desayuno vigorizante a cargo de Sylvie Duboué, presidente de los Amigos de Tara; Sin tropiezo hacia Nantes, seguimos con un cielo de un hermoso azul.

Los diez días en Nantes marcan una etapa doblemente simbólica: la presencia de Tara en la apertura de la GreenWeek de la ciudad, y nuestra última escala antes de la COP21.
“Visitamos Nantes invitados por Nantes Métropole para la Greenweek, dentro del marco de Citas por el Clima. Para Tara, participar en un evento como este y apoyar una ciudad que desea bajar de 50% sus emisiones de gas antes del 2030, es totalmente coherente”;  Un preludio a las negociaciones parisinas sobe el clima a finales del mes que viene.

Poco antes de las 16:00 horas, Tara pasa bajo el impresionante puente de Saint-Nazaire, señal de que la goleta deja definitivamente el océano por la Loire. Luego de cuatro horas de navegación en el río, llegaremos a “la Venecia del Oeste” antes de la noche.