23/12/2016

Wallis y Futuna, el archipiélago de los reyes


“Es difícil rodar una película en un barco. Dias enteros bajo una lluvia diluviana no nos facilitaron la tarea. Tuvimos que esperar que escampe para trabajar en tierra. Pero al levantarse el sol, se abalanzaron los mosquitos de la selva primaria de Alofi”.

“El archipiélago de los reyes” nos contará la aventura científica que se está desarrollando a bordo de Tara en el transcurso de dos semanas de inventario de la biodiversidad marina. También retratará estas islas remotas donde reyes y reinos no son reminiscencias legendarias, sino elementos de la vida cotidiana de los futunianos. “Nos vimos inmersos en el meollo de una organización social única, ya sea en las ceremonias tradicionales como en las visitas a las tumbas de los primeros monarcas de Futuna erigidas frente al océano”.

Afectados por los ciclones, consecuencia del cambio climático global, los isleños cuentan con el equipo científico de Tara para percibir mejor la extensión de sus recursos marinos.
Los fondos de Futuna y de Alofi eran desconocidos por los investigadores de la expedición. “Ha sido excitante compartir cada día los descubrimientos científicos. Las buceadas han sido oportunidades de descubrimientos sorprendentes, particularmente en cuanto a la buena salud del arrecife y de las especies que lo pueblan. Que se trate de peces, corales o esponjas, cada equipo científico se ha entusiasmado en el transcurso de este inventario inédito e histórico”.
Conocido por su meteorología caprichosa, el mes de diciembre en Futuna no ha defraudado su fama y ha marcado el rodaje del documental del signo de sus intemperies.

En tierra, el equipo se reunió con el personal de los servicios de protección de medioambiente quien lleva también un inventario de la biosfera selvática. Los bosques de Alofi hospedan un ecosistema poco impactado por el hombre y abundan las especies endémicas por descubrir. “Es importante vincular en esta película las problemáticas marinas y terrestres. En Futuna, cada habitante es agricultor y pescador; Estos dos recursos son vitales para su sobrevivencia”.
 Sin embargo, los isleños no siempre vinculan la contaminación generada por la crianza de puercos y sus efectos en el fondo de la laguna. Intento poner de relieve las bellezas escondidas de la isla asociadas a la toma de conciencia de nuestros interlocutores en Futuna.

Pierre de Parscau

Feliz Navidad!

21/12/2016

Inventario inédito de la biodiversidad en Wallis y Futuna


Justo antes de Navidad, Tara termina un inventario inédito de la biodiversidad marina en el archipiélago de Wallis y Futuna. Un proyecto parcialmente iniciado en 1990, antes de los impactos del calentamiento global. Dos semanas de encuentros y descubrimientos en este territorio francés, el más alejado del hexágono, en el cual toda iniciativa está supeditada al beneplácito de las autoridades tradicionales: los reyes.

Unas 20 personas se congregan debajo del falé del palacio de Wallis: un sencillo techo de palma debajo del cual nos esperan los jefes de pueblos, los ministros y Patalione Kanimoa, el rey de Wallis.
La tripulación entra silenciosamente, intimidada por la solemnidad del momento. Antes de poder iniciar su trabajo de muestreo en las aguas de Wallis y Futuna, la goleta debe obtener la autorización de los poderes tradicionales que tienen aquí la potestad de bloquear cualquier iniciativa. El Kava, la bebida tradicional del Pacífico procesada de una raíz de arbusto, circula de mano en mano mientras Serge Planes, el director científico de la expedición, y Martin Hertau, el capitán de Tara, exponen al rey el propósito de nuestra visita al archipiélago. Como lo manda la costumbre, la tripulación ofrece algunos regalos, dentro de los cuales, un libro de fotografías que relata la deriva ártica de Tara. Las imágenes del barco preso de los hielos iluminan los ojos del monarca.
Desde los 90’s, no se ha realizado un inventario de la biodiversidad alrededor de esta isla. Tenemos solamente 12 días para recolectar los datos sobre las especies que pueblan las costas entre las superficie y los 20 m de profundidad. Una misión pluridisciplinaria, estudiando peces, corales, collarinales, ofiuras (Ophiuroidea) y esponjas, para cartografiar la vida en esta intersección poco documentada entre Melanesia y Polinesia. Más allá de las especies conocidas, la actual misión intenta censar nuevas especies raras y endémicas de la zona.

Dividida en dos reinos, Sigave y Alo, la isla de Futuna recibe la violencia del Pacífico y de sus ciclones. En 2010, el ciclón Tomas devastó numerosas viviendas y fragilizó espacios costeros. Una situación que puso de relieve la vulnerabilidad de las poblaciones frente al cambio climático global.

Debajo de la lluvia, la misión de Tara inicia frente a  Alofi, un islote cubierto en  80% por un bosque primario, donde vive un solo habitante. Al pie de los cantiles de la isla, al fondo de su estrecha laguna,  descubrimos unos arrecifes todavía a salvo del blanqueamiento, una multitud de corales y de esponjas.

Gracias a métodos de adormecimiento local y de caza con flecha, Serge Planes y Jeff Williams, de la Smithonian Institution de Washington, logran inventariar cerca de 400 especies diferentes. “Hemos llegado a un tercio de las especies que viven aquí;  Hay otras que viven en zonas más profundas. Es la primera vez que se realiza un inventario de este tipo en Futuna y Alofi. Sería interesante compararlo con los realizados en Wallis, Fiji, Vanuatu y Nueva Caledonia”. Estas observaciones servirán de punto de referencia para futuros estudios en esas islas remotas y permitirán informar a las poblaciones locales sobre las riquezas marinas que les rodean.

Los habitantes de Futuna  nos invitan a reunirnos con sus reyes. Compartimos el tauasu tradicional, un ritual de debate comunitario sobre las problemáticas de la vida diaria alrededor de un kava. El momento se presta para un dialogo con la tripulación y expresar las inquietudes en torno al porvenir de su isla.

A bordo de Tara, Olivier Thomas es un hombre feliz. Este especialista de esponjas, llegado de Irlanda, ha embarcado para estudiar las poblaciones de esponjas en el archipiélago. Él no contaba con tantos descubrimientos. “Me sorprende la diversidad de esponjas alrededor de Alofi y Futuna. Aquí existen verdaderos ecosistemas que concentran esponjas muy diversas. Debajo del arrecife, hay zonas donde los corales no llegan, y observamos numerosas especies nuevas". Especies que producen un mucus rico en moléculas químicas que interesan a la industria de los medicamentos para el tratamiento del cáncer.

Una valorización de esas esponjas, posiblemente endémicas en Futuna, podría entonces transformarse en un ingreso económico importante en esta isla necesitada. Un nuevo capítulo al cual Olivier prestará atención al analizar estas esponjas nuevas, antes de pensar en una posible sintetización de las moléculas interesantes.

Pierre de Parscau

16/12/2016

5 semanas de navegación entre Tahití y Wallis: balance de situación


Maren Ziegler embarcó como jefe científico en Papeete, hace 5 semanas.  Aprovechamos nuestra llegada a Wallis para hacer con ella el balance de nuestro recorrido en las islas de Aitutaki, Niue y Samoa hasta el archipiélago de Wallis y Futuna.

En esas 5 semanas de navegación entre Tahití y Wallis, ¿cuál es el balance de los sitios que han estudiado?
La misión fue muy programada. Estábamos en un trayecto en el cual debíamos encontrar las mismas especies y seguir los mismos protocolos cada día, al igual que en el conjunto de la expedición. A veces ha sido muy difícil de trabajar. Las condiciones climáticas no eran siempre favorables en las cercanías de las islas. Hemos empezado en Moorea, en localidades bastante conocidas, ricas en corales. Al llegar a Aitutaki en el archipiélago de las islas Cook, nos hemos enfrentado a una gran decepción:  descubrimos que la mayor parte del arrecife está muerto y nos ha costado encontrar sitios de muestreos. Niue era también algo desconocido, pero ha sido una bella sorpresa: a pesar del tsunami que devastó la isla en 2009, hemos encontrado bastante diversidad, una buena cobertura coralina y zonas afectadas que se están recuperando. El encuentro con serpientes de mar también quedará en nuestra memoria como un momento impresionante.

Nuestra última estación científica en la Samoa nos ha afectado totalmente; Hemos explorado 83 km de costas y ha sido difícil dar con sitios de buena cobertura coralina. Las especies que estamos estudiando han desaparecido. Es una zona muy aislada, no muy estudiada, y los isleños no tienen los recursos para acceder a esos sitios y vigilar la situación a lo largo de las costas. Yo no me había preparado para tal situación.

¿Hay forma de que los isleños puedan cambiar esta situación?
Depende de los casos. En el caso de la Samoa, hemos observado que el coral parece regresar en ciertos lugares. Preparamos un informe que mandaremos a las autoridades locales. Eso podría incentivarles a proteger esas zonas frágiles, controlando la pesca y el impacto humano.
Hemos observado que la calidad del agua en la laguna no es buena y que el impacto humano es importante. Localmente se pueden emprender muchas iniciativas, pero a una escala más amplia, esas islas están desprotegidas frente al aumento de los ciclones; Solo les queda hacerse oír a nivel internacional.

¿Cuáles fueron los desafíos de su cargo de jefe científico a bordo?
Hubiera podido ser un desafío, pero cada quien ha trabajado dentro del conjunto y en la misma dirección. El inicio fue delicado porque los científicos ignoraban lo que les esperaba, no tenían una gran preparación, pero hemos logrado adaptarnos y resultó placentero trabajar con el equipo científico a bordo.

Usted trabaja en este momento en Arabia Saudita, ¿cuáles son las diferencias de la situación del coral en el Mar Rojo y en el Pacífico?
El Mar Rojo ha sido considerado como una zona resistente a los cambios climáticos. Pero el año pasado, la temperatura de superficie aumentó fuertemente, a veces a más de 34 grados, y hemos observado un significativo fenómeno de blanqueamiento en la parte sur del Mar Rojo. Los arrecifes han sido totalmente impactados aun muy lejos de las costas y de la influencia del hombre.

¿Cuál será su próxima etapa a bordo de Tara?
Adoraría volver a bordo. Espero que haya lugar para mí en unas etapas por venir de esta expedición. Siento curiosidad por todas las islas del Pacífico. El año próximo, Tara estará en Papúa-Nueva Guinea y en Indonesia, unos lugares que vaticino fantásticos.

Entrevista por Pierre de Parscau

07/12/2016

Vaka, la piragua en la sangre


Tara lleva días explorando las costas de la isla de Niue. Sobre esos cantiles de coral que los isleños apodan “la Roca”, algunos intentan preservar la herencia marítima de sus ancestros por medio de la fabricación de canoas tradicionales, la vaka.
 
Me ha tomado algunas horas recorrer la pista que lleva a donde vive “Fai”, un hombre que inspira respeto y orgullo. Tamafai Fuhiniu me está esperando a la sombra de su taller, sentado como un rey sobre su modesto taburete. Virutas rojo vivo de moota destellan sobre su camiseta oscura. Sus nietas  juegan debajo de las paletas alineadas sobre un estante. El hombre vive ahora en los altos de Niue desde que un ciclón destruyó su casa en 2004. Solo le quedaban sus manos y su temple para reconstruir todo.

Él es hoy en día el último heredero de un largo linaje cuyo origen se pierde en algún lugar de China, antes de reaparecer en los cantiles de Niue hace 700 años. Mientras las comunidades humanas ya poblaban el Pacífico 4,000 años antes, la Roca es una de las últimas tierras de asentamiento. De los 5 hermanos quienes desembarcaron primero en este paraje hostil, unos eran carpinteros y se dedicaron a perpetuar la tradición, adaptándola a la geografía de Niue. Para poder meter al agua sus embarcaciones desde los cantiles no protegidos por una laguna, tuvieron que imaginar barcos ligeros que un hombre solo podía cargar. Así nació la primera vaka de Niue.

“Me divierte oír a la gente cuando habla de nuestros antiguos reyes. Mis ancestros no eran idiotas. Siempre han rebasado el juego tribal y político. En los tiempos antiguos, todos éramos antropófagos y para los jefes y reyes, si no podías producir riqueza, eras el primero en morir y ser comido. Es así que mi familia ha sobrevivido tanto tiempo”.

Alrededor de su casa se extiende el territorio de este maestro carpintero que fue el primer terrateniente de Niue. Nació aquí hace 60 años, en una familia de 9 miembros. Su padre era el último fabricante de vaka de la isla y le eligió para transmitirle los conocimientos de sus ancestros.

“Mis hermanos tal vez no prestaron suficiente atención a las historias que nos contaban antes de dormir, esas leyendas que se transmiten de generación en generación. Muy temprano, supe que yo era diferente . Mi padre no necesitaba enseñarme tantas cosas, todo lo que aprendí fue más bien por observación, no por la palabra o el dibujo. Es por eso que la sabiduría tradicional es tan rica, porque debes aprender las cosas sin que te las enseñen explícitamente”.

Tamafai me lleva afuera de su casa hacia su taller al aire libre, a la sombra de algunos árboles. Aquí él trabaja los troncos de moota para esculpir las vakas que algún día saldrán mar afuera. La curva del casco llama la atención por su dulzura. La longitud no pasa de 5 metros y el espesor es de solo 4 milímetros. A fuerza de perfeccionamiento, Tamafai ha logrado crear una piragua de solo 15 kilos que puede cargar media tonelada.

“La fabricación ha evolucionado gracias a la modernización de las herramientas. En el tiempo de mis ancestros, primero quemaban el árbol. Escogían un árbol lo suficientemente verde para que no se encienda y que no se fracture, luego cavaban el tronco en la selva y lo transportaban a mano hasta la costa. Era un trabajo muy duro, la gente de esos tiempos eran gigantes”.

De sus ancestros, el maestro carpintero ha heredado la tradición del secreto que solo se transmite de padre a hijo.
“El conocimiento estaba en manos de algunas personas  quienes gozaban de un estatus particular en la sociedad. Ellos eran los guardianes de un conocimiento. Era un secreto guardado en el seno de la familia. Hoy comparto casi todo lo que sé, pero hay algunas cosas demasiado importantes que guardo para mí. Mi padre siempre me decía: cuida como compartes lo que sabes porque cuando hayas compartido todo, te quedarás sin nada, estarás desnudo. Me esfuerzo en buscar un equilibrio entre eso y el mundo de hoy, porque si no comparto lo que sé, mi conocimiento podría desaparecer”.

Los isleños han perdido el gusto para la pesca a bordo de esas piraguas tradicionales. Y la sangre de Tamafai también podría apagar lo que queda de esta llama tradicional. Por ironía del destino, después de generaciones de hombres en su familia, el maestro carpintero es el padre de 5 hijas.
Maika es la última que se quedó en Niue. Ella me atiende en la oficina de turismo donde trabaja, curiosa de conocer mis impresiones después de mi reunión con su padre. Tradicionalmente mantenidas a distancia del mar y de la piragua, las mujeres de Niue se han acercado al mar abierto bajo el impulso de Maika y sus 4 hermanas. 

“Yo tuve mi primera piragua a los 8 años, nuestro padre nos fabricaba modelos adaptados a nuestro tamaño. Mucha gente se ponía celosa porque él nos dejaba salir al mar en las piraguas. Hemos incentivado a más mujeres a que se unan a nosotras”.
Hoy Maika anima a los jóvenes a aprender con su padre esta técnica ancestral. “Espero que no se lleve su secreto a la tumba. Él debe encontrar a alguien que tenga el mismo amor y la misma pasión. Él no contará su secreto hasta no encontrar a ese hombre. Debemos encontrarlo, no solo por la familia, sino para toda la isla”.

A marea baja, Tamafai me ha citado en la caleta de Opaahi para embarcar a bordo de una de sus piraguas. Cargando una de ella sobre sus hombros, él me enseña el cantil frente a nosotros. Es aquí que en 1774, después de 3 intentos, James Cook y sus hombres lograron abordar a Niue y afrontaron la hostilidad de los isleños.

El lanzamiento al agua es un momento delicado. De un empujón la vaka blanca y azul deja la orilla y se lanza al mar, tan ligera como una pluma. 
“Una vaka es una cosa viva, tiene una forma muy femenina. Es tan sagrada como una mujer, si la cuidas, alimentará tu familia, si la descuidas no te brindará prosperidad alguna. No las bautizamos porque las cosas se desacralizan cuando se les nombra. La vaka define quien soy y quienes somos como pueblo; No creo que deberíamos usar el lenguaje como definición de la identidad porque éste ha evolucionado al transcurrir la historia, también la cultura, mientras que la tradición es algo diferente, es una forma de hacer y de pensar”.

Hacer cuerpo con su vaka, hablarle, escucharle también. Delante de mí, Tamafai reproduce los gestos seguros que generaciones de hombres han desarrollado en esas costas, una conjugación de instinto y herencia. En la estela de su piragua se escribe la historia de Niue, a la espera de que otro pueda seguir el relato. Tamafai legará a su isla un barco en concepto de identidad ; Y también una obra digna de admiración.

Pierre de Parscau