Cada día, los océanos absorben una cuarta parte del CO2 antrópico emitido en la atmósfera, lo que modifica la química del agua de mar y acarrea una acidificación de los océanos debido a la disminución del pH del agua. El coral, al igual que otras especies calcificadas, se ve directamente afectado por este proceso de acidificación.
Durante la
escala de Tara en Keelung, Taiwán, hemos entrevistado a Alexander Venn,
científico investigador del Centro Científico de Mónaco, de visita en la National
Taiwan Ocean University. Alexander Venn estudia la calcificación y la
regulación del pH de los corales.
Desde la década de 1990, oímos mencionar la
acidificación del océano. ¿Nos puede explicar exactamente de qué se trata?
La
acidificación del Océano es un proceso en el cual el CO2 emitido en la
atmósfera, acidifica el océano. No podemos decir que el océano es realmente
"ácido"; Solamente se vuelve menos alcalino, debido a la disminución
progresiva del pH del agua de mar. El dióxido de carbono es un gas ácido, que
se disuelve en el agua de mar. Hoy, estimamos que la acidez de los océanos ha
aumentado en un 30% desde el comienzo de la revolución industrial.
Cuando los
investigadores consideraron seriamente el tema de la acidificación hace unos 20
años, la comunidad científica ya estaba preocupada por los efectos nocivos
sobre los corales. Ahora sabemos con certeza que, en respuesta a la
acidificación, muchos corales construyen sus esqueletos más lentamente.
También
hemos descubierto que los corales saben cómo controlar y regular relativamente
bien su pH interno. Cuando observamos una caída del pH del agua de mar, eso se
acompaña de una disminución mucho menor del pH en el coral, donde él calcifica.
Este principio se aplica a todos los organismos, animales y plantas: una parte
muy importante de su fisiología está dedicada al control de su pH interno.
Nosotros también debemos controlar nuestro pH sanguíneo porque si aumenta o
disminuye demasiado, morimos.
¿Este descubrimiento es buena o mala noticia?
La buena
noticia, es que los corales son potencialmente más resistentes de lo que
esperábamos. El problema es que, de
todos modos, su pH interno disminuye con la acidificación del agua de mar, lo
que repercute en la calcificación.
Pero
también planteamos la hipótesis de que los corales destinan más energía a la
regulación de su pH interno cuando el pH del agua de mar disminuye. Si gastan
una gran parte de su energía en esta regulación, tienen menos energía para
dedicarse a otros procesos que son esenciales para la vida.
¿De qué procesos está hablando?
De la calcificación
en sí. Sabemos que a medida que el pH del agua de mar disminuye y los corales
luchan por controlar su pH interno, algunos de ellos producen un esqueleto más
poroso y, por lo tanto, potencialmente más frágil, con grandes cavidades.
Imaginemos:
Digamos que el carbonato de calcio de un esqueleto de coral es como el cemento
o los ladrillos para una casa. Estos ladrillos se vuelven más costosos de
producir. Si comparamos el esqueleto de coral con una casa, él construirá una vivienda con pasillos,
habitaciones y ventanas más grandes, pero como resultado, paredes más delgadas.
Durante una tormenta, la estructura es menos resistente.
Eso es lo
que nos preocupa. Hemos demostrado que este fenómeno ocurre en una especie importante
de coral, en Taiwán: Stylophora pistillata, el coral digitiforme (en forma de
dedos). Es un gran coral ramificado que se encuentra en todo el Pacífico, el
Mar Rojo y el Océano Índico. También es importante señalar que Stylophora
pistillata es una especie relativamente resistente y que, aunque todas las
especies de coral son capaces de controlar su pH interno, su capacidad para
hacerlo varía. Con esto quiero decir que algunos corales son más vulnerables a
la acidificación de los océanos que otros.
Necesitamos
extender nuestra investigación a otras especies de coral para comprender el
impacto de la acidificación en la calcificación de los corales.
Entrevista por
Noëlie Pansiot (mayo del 2017).
Y
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